Anatomía aplicada.

Escrito por luisa. Publicado en Blog

La vida es movimiento, la vida es sensación, acrecentar la sensación corporal y el movimiento es acrecentar la vida.

 

La rigidez de las articulaciones limita los movimientos del cuerpo haciéndonos tomar posturas deficientes. Cuando se tiene un movimiento restringido de las articulaciones la energía (que se mueve y que se obtiene) es menor.

 

La conciencia corporal es tan necesaria entre otras cosas para saber que el propio cuerpo no está funcionando bien y es con esa misma conciencia que obtendré una mejoría. Por ejemplo, a veces puede ser necesario tomar medicamentos contra el dolor de espalda y cuello, pero no obtendré el restablecimiento total hasta que no me de cuenta de cual es la postura correcta de mi espalda y sus articulaciones adyacentes de manera que pueda corregirlas.

 

Así pues para obtener un bienestar general tenemos que tomar conciencia de nuestro propio cuerpo y de la postura corporal pues nuestro cuerpo es como un amigo con quien pasamos nuestra vida, vivimos con él, comemos con el, descansamos con él, nos movemos con él, sentimos con él, dormimos con el toda la vida, entonces sería muy inteligente que le dedicáramos el tiempo y la atención que se merece.

 

Cuando el cuerpo está bien estructurado se ven los siguientes signos:

-la respiración es profunda

-los ojos brillan

-el tono muscular es bueno.

La piel tiene buen color.

El cuerpo es cálido.

La voz parece venir de lo profundo.

La mandíbula está firme y recta.

Los hombros cuelgan anchos y ligeros.

La columna vertebral presenta curvas poco pronunciadas.

Nos movemos con facilidad.

 

PASOS PARA CONOCER Y TOMAR CONSCIENCIA DEL CUERPO

 

La vida es movimiento, todo se mueve, todo es vibración.

Dentro de nuestro cuerpo todo se mueve, y hay tres clases de movimientos:

1-   Involuntarios, como la circulación de la sangre, la acción de los órganos etc.

2-   Voluntarios, es decir, movimientos gobernados por la propia voluntad como los de las articulaciones y los músculos.

3-   Movimientos que son  a la vez voluntarios e involuntarios como respirar o tragar etc.

 

Curiosamente lo que podemos mover voluntariamente como músculos y articulaciones va a influir grandemente en el sistema vegetativo e instintivo de nuestro organismo. Es decir podemos modificar todo nuestro organismo, metabolismo con sólo tomar consciencia de nuestros movimientos musculares.

Por ejemplo, desarrollando en el mayor grado posible los movimientos de las articulaciones de los hombros podremos recobrar la sensación de los músculos que conectan los hombros con el pecho y entonces el pecho empezará a vivir en su máxima plenitud.

Indudablemente el estado emocional cambiará al haber articulaciones flexibles pues esto nos inspirará confianza al aumentar la eficiencia y vivacidad corporal.

 

Hay un dicho popular que dice: la verdad duele, aquí podríamos decir que llevar la conciencia al cuerpo e ir estructurando el mismo nos va a producir inevitablemente un dolor benigno y ligero.

Hay otro tipo de dolor que es el común: el dolor orgánico, producido por enfermedades o lesiones, éste se puede remediar mediante medicamentos o cirugía, pero existe otro dolor que es el debido al mal funcionamiento del cuerpo o dolor funcional, este dolor a los médicos les resulta un problema mas difícil  por que solo tiene solución desde dentro, o sea solamente uno mismo puede curarse.

Una de las causas más obvias de dolor funcional es el excesivo trabajo de los músculos, estos son contraídos demasiado tiempo o estirados en exceso. En su mayoría los dolores en la parte inferior de la espalda o de cabeza o de cuello rígido no son orgánicos sino funcionales.

Un ejemplo de cómo se desarrolla un dolor funcional: Lleva tu maxilar inferior todo lo que puedas por delante del superior. Mantén esa posición hasta sentir el dolor del excesivo trabajo muscular... ¿qué sucedería si mantenemos adelantado el maxilar inferior durante un día, una semana, un mes? Al cabo de un tiempo el dolor desaparecerá (tendremos otra cara, no podremos masticar bien, pero no tendremos dolor).

Así sucede lo mismo con los cuerpos torcidos y curvados, hombros caídos, caderas llevadas hacia delante, no sólo no son estéticos ni bonitos, sino que sus movimientos son lentos y torpes y producen la impresión de sufrimiento, sin embargo si les preguntas si tienen dolor te dirán que no, y es la verdad, su cuerpo ya se hizo a la mala postura, no tienes dolor, pero tienes muchas limitaciones vitales a cambio. También hay que considerar que un cuerpo así es muy vulnerable a lesiones porque sus sensaciones son mínimas y basta una inclinación o una torsión o levantar algo para que algo se rompa o cuando menos  los músculos entran en espasmo agudo y el cuerpo queda paralizado por el dolor.

 

Movimientos simples como inclinarse, torcerse o doblarse no se pueden hacer bien sin riesgos a lastimarse sólo porque no le dedicamos el tiempo para asumir esas funciones sin problema.

 

Entonces, si queremos reparar aquella mandíbula sobresaliente, al alterar un mal hábito y restablecer el movimiento y la sensación del maxilar, algún dolor resultará inevitable, sin embargo será un dolor benigno.

 

El primer paso para tomar conciencia corporal será tocar y masajear  nuestro propio cuerpo. Lo que resultará es que además de estimularnos y sentirnos bien, descubriremos el esqueleto, las articulaciones y los músculos.

 

El segundo es saber cuando nos movemos y cómo nos movemos, cuando me inclino, cuando levanto un brazo etc. Poco a poco iremos descubriendo las articulaciones y los músculos que deben entrar en la acción y no otros (por lo cual entramos en tensión)|

 

También es importante descubrir que las emociones influyen sobre nuestra estructura corporal. Debemos saber que existen dos tipos de tensión muscular relacionados con nuestra vida emocional. La tensión temporal es aquella que se da como respuesta a una situación inmediata y consiste en modificaciones momentáneas del tono muscular, contención del aliento, contracción del abdomen, elevación de los hombros, si es posible, tomar consciencia de cómo se está produciendo, esto nos ahorrará muchas molestias posteriores.

 

Por otra parte, existen también tensiones y contracciones crónicas, profundas y “arraigadas”, que se desarrollan desde una temprana edad como parte integrante de la personalidad. Se deben a la supresión crónica de sentimientos y al ser inconscientes llegan a formar parte de nuestra naturaleza y estructura corporal, limitando nuestros movimientos y equilibrio psicofísico.

 

Los que estudian la relación del cuerpo-emociones dicen que los pies planos indican a una persona sin raíces emocionales. Los pies contraídos  y con arco muy pronunciado se relacionan con conflictos no resueltos y ganas de salir corriendo.

Rigidez en las rodillas y tobillos se relaciona con conflictos centrados en sentimientos de orgullo y de progreso.

 

La pelvis inclinada hacia delante indica una contención de los impulsos sexuales.

 

Tensión crónica en las nalgas está relacionada con una actitud tendente a la retención de todas las expresiones, sentimientos e instintos creativos.

 

La cavidad abdominal se tiene por la receptora de los sentimientos de cólera, rabia, desdicha, violencia, llanto, soledad y pesadumbre, todo esto puede bloquearse en el abdomen.

 

La parte inferior de la espalda recibe los sentimientos como las exigencias de la autoridad, autocontrol, el deber y la culpa.

 

La contracción del pecho puede reflejar una personalidad pasiva con sensaciones de depresión y un sentimiento crónico de inferioridad.

 

Un pecho expandido exageradamente indica una sobrevaloración del ego.

 

Los hombros cargados están sosteniendo el peso del mundo, encogidos, reflejan temor, adelantados, el miedo a sufrir daño, si están echados hacia atrás el intento de controlar el propio temperamento y resistirse al impulso de enfrentarse al mundo.

 

La parte superior de la espalda controla la ira y la cabeza demasiado adelantada sobre el cuello indica gran cautela. La garganta contraída se relaciona con el temor a expresarse. La parte inferior de la mandíbula contiene la cólera y los impulsos de llorar, mientras que una mandíbula echada hacia atrás refleja la supresión del grito, la mandíbula sobresaliente desafío y agresión, la mandíbula apretada sugiere un gran autodominio, así como la contención de toda expresividad, mientras que la tensión facial se debe a conflictos relativos a quiénes  pretendemos ser y fingir ante los demás.

 

Así pues está claro que toda emoción influye en nuestra estructura corporal.

Corregir la estructura será como dar marcha atrás y encontrarnos de nuevo con aquellas emociones pero ahora de manera consciente. Una estructura corregida y saludable, nos hará más sanos emocional y mentalmente.